Mafia Rusa

La mafia rusa es considerada la organización criminal más poderosa del mundo. De hecho, la "mafia rusa" es en realidad la mafia judía.

La mafia judía no se parece en nada a sus predecesoras irlandesas o italianas en sus operaciones estadounidenses o europeas. Son más ricos, tienen alcance internacional y son mucho más violentos y despiadados. Matan a niños. Matan a policías y a sus familias. Matan a quien deseen. Nunca antes había habido algo así en la historia del mundo. Y apenas están comenzando.

Toda la "mafia rusa" es judía, sin excepción, y han utilizado esto como un escudo para desviar las críticas. Este escudo les ha permitido crecer y prosperar. Las organizaciones judías en todo el mundo, lideradas por la Liga Anti-Difamación, se benefician de la generosidad proveniente del crimen organizado, y dichas organizaciones son conscientes de ello.

En otras palabras, el crimen organizado judío es considerado una parte aceptable de la vida judía, y las organizaciones judías han presionado efectivamente a las fuerzas del orden para detener las investigaciones sobre este fenómeno, casi siempre con éxito. La confirmación del sionista Michael Chertoff en el cargo de jefe de Seguridad Nacional garantiza que el crimen organizado judío en Estados Unidos no será blanco de las numerosas operaciones encubiertas que han tenido como objetivo a la mafia italiana.

Se dice que las raíces del crimen organizado judío se remontan a tiempos zaristas. Los sindicatos del crimen organizado ayudaron a las pandillas de Lenin en robos a bancos y la creación de caos general. Durante la llamada revolución, era difícil, a veces imposible, distinguir entre los ideólogos bolcheviques y los sindicatos del crimen organizado judío. Actuaban de manera casi idéntica. Sin embargo, en tiempos más modernos, parece que sus raíces se encuentran en los últimos días de la estancada Unión Soviética bajo Leonid Brezhnev.

A finales de la década de 1970, la economía rusa estaba impulsada por el mercado negro, y las etapas iniciales de la mafia judía estaban involucradas en este submundo negro. De hecho, la economía socialista rusa habría colapsado mucho antes si no hubiera sido sostenida por la extensa economía negra. Pronto, los gobernantes del mercado negro se volvieron tan poderosos que pudieron formar sus propios "tribunales populares", que impartían "justicia" completamente aparte del estado soviético y fuera de su control. Muchos de estos mercaderes del mercado negro habían sido liberados recientemente del sistema de campos de prisioneros del gulag en una época anterior debido a sus actividades en el mercado negro, y la dureza necesaria para sobrevivir en estos calabozos le sirvió muy bien a esta nueva élite criminal.

El mercado negro actuaba como una válvula de seguridad para el estado soviético durante décadas, haciendo que todas las estimaciones sobre la fuerza de la economía soviética fueran objeto de especulación. El mercado negro proporcionaba muchos bienes y servicios que el sistema soviético sobrecargado no podía ofrecer. En el gulag, habían formado hermandades, como lo hacen actualmente los afroamericanos e hispanos en las prisiones de EE. UU. Formaron asociaciones judías que, al ser liberadas, crearon vínculos profundos que existen hasta hoy, manteniendo una organización altamente secreta casi imposible de tratar o penetrar.

La famosa ley del senador Henry "Scoop" Jackson, la Ley Jackson-Vanick, vinculaba los privilegios comerciales soviéticos al trato de los judíos soviéticos. Era una ley por la que las organizaciones judías estadounidenses presionaron fuertemente. Y mientras que los no judíos no podían emigrar de la Unión Soviética, los judíos sí podían hacerlo.

Gran parte de la penetración de la mafia judía en los Estados Unidos se produjo como resultado de estos "puentes marítimos" soviéticos, que fueron parcialmente financiados por grupos como la ADL (Liga Anti-Difamación) o la Sociedad de Ayuda Hebrea.

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El poder de las pandillas judías se ejerce más despiadadamente que el de cualquier otra banda criminal. Los mafiosos judíos disfrutan infligiendo dolor; asesinan a niños y a hombres y mujeres desarmados. El antiguo código de honor entre los mafiosos irlandeses e italianos no existe. Estos mafiosos de antaño solo matarían a otro mafioso. Las pandillas judías no respetan estas reglas y, por lo tanto, son más temidas. La pura arrogancia de los mafiosos judíos y su escandalosa seguridad en sí mismos han llevado a sus "competidores" entre las pandillas italianas a tomar una posición muy cautelosa hacia sus contrapartes judías.

Los traficantes judíos de drogas, los distribuidores de pornografía infantil y los traficantes de esclavos quedan impunes en Israel. Israel no considera que estos sean crímenes, nuevamente, siempre que las víctimas no sean judías. La mafia demostró su poder con el asesinato de Yitzhak Rabin. El estado de Israel no extraditará a sus ciudadanos a países no judíos y, por lo tanto, los asesinos judíos pueden escapar fácilmente del castigo en Israel. La situación única en la antigua URSS, y el hecho de que los judíos predominaban en la burocracia soviética, proporciona otro vínculo en el surgimiento de la mafia. Los judíos predominaban en el mercado negro anterior y más primitivo en Rusia, y por lo tanto, estos grupos estaban físicamente más preparados para aprovechar la crisis en Rusia a partir de mediados de la década de 1980. El crimen organizado judío, conectado tanto con el KGB como con el Mossad, automáticamente estaba fuera del alcance de las agencias de inteligencia aliadas.

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